Bueno, pues ya está, le di al botón de enviado...
Es la segunda vez que lo intento con esta novela, no puedo empezar a llorar porque no cuele, :) y lo del PEJR, es una batalla perdida, pero solo es eso, una batalla más... y me ha valido de mucho, he cambiado muchas cosas, he simplificado y pulido y he terminado, Game Over, de verdad.
Después de volver a currármelo como una cerda, lo mando al Darkiss con el grito de guerra de los marranos más intrépidos del universo virtual: "Allá va esta patataaaaaaaaaaaaaaargh".
Espero que le llegue a alguien, que le llegue de pleno y que pase la primera criba...
By the way, es un premio que pide originales via email, hay que ser realistas (sin dejar de soñar lo imposible), me voy a partir la cara con miles de chorizos peleones, all born to grill. Espero que mi longaniza resista, pero es una long long longaniza, 146.000 palabras...
En fin, al igual que con este mítico videojuego, he echado horas y horas con Deus Ex Machina 2.0, pero es hora de buscar otras distracciones, aunque no dudo de que volveré a releerla entera o algún cachito, del mismo modo que me da por poner la PS2, de vez en cuando, para meter esta joyita y echarme unas risas y unas granadas con mis hermanos.
¡Larga vida a la Cerdostroika!
¡Puercos Sushi vencerán!
Hogs of War 4ever...
En fin, que la suerte está echada. Ahora me olvido, me voy de vacaciones a la playita y a olvidarme estos dos meses hasta el veredicto, ya planearé cómo la sigo moviendo en junio.
No tengo prisa y no tengo miedo a caer ;)
"Este sueño era uno de esos que considero distintos.
Sucedía a tiempo real y en él escalaba una pendiente escarpada.
En mí vida real nunca he hecho escalada, De crío ni siquiera me subía a los árboles. Vivo en un primer piso, que cuesta más y no tiene vistas propiamente dichas, pero no me importa.
No me gustan las alturas.
Pero aquí estoy en mi sueño, escalando como si hubiera nacido para ello. Buscando asideros para los pies y las manos, utilizándolos como cuñas en las hendiduras de las rocas, y subiendo, centímetro a centímetro, muy despacio.
Al final llego a la cima. Entonces me doy cuenta de lo muy arriba que estoy y lo abajo que está todo lo demás.
Entonces me percato de que no estoy solo."
(...)
"- Estoy desorientado. Tengo miedo. Miedo de hacer algo estúpido.
-Y si haces algo estúpido ¿qué?
-¿Usted no tiene miedo a caer?
-A veces es un error trepar, siempre es un error no intentarlo siquiera.
-¿Qué me dice? ¿Que debería volver al espectáculo? ¿No abandonar?¿Eso es lo que me dice? Sólo es un sueño. Oiga, yo no lo he inventado.
-Si no trepas, no caerás. Es cierto, pero, ¿Tan malo es fracasar? ¿Tan duro es caer?A veces te despiertas, y a veces, sí, te mueres. Pero hay una tercera alternativa.
-¿Cuál es?"(...)
“A VECES, CUANDO CAES, VUELAS” Fabulas y reflejos. nºVI The Sandman, Neil Gaiman.
Pearl Jam, Given to Fly (Yield album). "Given To Fly" He could've tuned in, tuned in But he tuned out A bad time, nothing could save him Alone in a corridor, waiting, locked out He got up outta there, ran for hundreds of miles He made it to the ocean, had a smoke in a tree The wind rose up, set him down on his knee A wave came crashing like a fist to the jaw Delivered him wings, "Hey, look at me now" Arms wide open with the sea as his floor Oh, power, oh He's.. flying Whole High.. wide, oh He floated back down 'cause he wanted to share His key to the locks on the chains he saw everywhere But first he was stripped and then he was stabbed By faceless men, well, fuckers He still stands
And he still gives his love, he just gives it away The love he receives is the love that is saved And sometimes is seen a strange spot in the sky A human being that was given to fly High.. flying Oh, oh High.. flying Oh, oh He's flying Oh, oh
El viernes se acerca, es el día que me he puesto como tope... Una vez más me embarco en un concurso, esta vez el Darkiss... lo hago igual que la gallina cruzó la carretera, para llegar al otro lado, aunque tengo el corazón dividido por dos voces, la de Artax y la de Atreyu... ¿Para qué lo intentas siquiera? Porque tengo que seguir adelante.
Seguir soñando, seguir cayendo, seguir esforzándome por placer.
Esta historia puede que no valga el millón de horas que lleva de insomnio y sueños, pero se escribió sola, le eché tinta y los personajes empezaron a hablar.
Estaban ahí, esperando como los goblins de Laberinto, ansiando escuchar las palabras exactas del encantamiento que les libera, las palabras que siempre empiezan por Ojalá... I wish... I wish...
Let's wish again...
"Artax," said Atreyu. "What's the matter?"
"I don't know, master. I think we should turn back. There's no sense in all this. We're chasing after something you only dreamed about. We won't find anything. Maybe it's too late even now. Maybe the Childlike Empress is already dead, and everything we're doing is useless. Let us turn back, master."
Atreyu was astonished. "Artax," he said. "You've never spoken like this. What's the matter? Are you sick?"
"Maybe I am," said Artax. "With every step we take, the sadness grows in my heart. I've lost hope, master. And I feel so heavy, so heavy. I can't go on!"
"But we must go on!" cried Atreyu. "Come along, Artax!"
He tugged at the bridle, but Artax stood still. He had sunk in up to his belly. And he made no further effort to extricate himself.
"Artax!" cried Atreyu. "You mustn't let yourself go. Come. Pull yourself out or you'll sink."
-Artax -dijo Atreyu-, ¿cuál es el problema?
-No lo sé,señor. Creo que deberíamos volver.Nada de esto tiene sentido... Estamospersiguiendoalgo quesólo has soñado.No vamos aencontrar nada. Tal vez esdemasiado tarde.Tal vez laemperatrizinfantilya esté muerta y todo lo que estamoshaciendo sea inútil. Volvamos, señor.
Atreyuse sorprendió.
-Artax -dijo-, nunca has hablado así. ¿Qué ocurre? ¿Estás enfermo?
-Tal vez lo estoy -dijoArtax-. Concada paso que damos, la tristezacreceen mi corazón.He perdidola esperanza,señor.Y me siento tanpesado, tan pesado... ¡No puedocontinuar!
Tiró delas riendas, pero Artax no se movía. Élse había hundido hasta elvientre y no hizo ningún esfuerzo para liberarse.
-¡Artax! -lloró Atreyu-. No te dejes... Vamos, tira o te hundirás.
MICHAEL ENDE - THE NEVERENDING STORY
Entonces llega la voz de Robert Frost y en mi imaginación, Artax no se hunde.. the only way out is always through, la única salida es ir siempre hacia delante.
Acabo de ver el capítulo 1x14 deOnce Upon A Timede esta semana, Grumpy Dreamy.
Pensaba que mi capítulo favorito sería cualquiera que protagonice Rumpelstikin como personaje principal, pero nooo, ha resultado ser el de mi enano favorito, Gruñón (aunque todavía quedan capítulos para terminar esta temporada, ya veremos).
Cuando he visto a Amy Acker, actriz fetiche de Joss Whedon, se me ha puesto la sonrisa permanente y al salir Grumpy del huevo, mmm… la cosa pintaba muy bien.
Romper moldes, amores imposibles, sueños...
No voy a meter spoilers, así que lo dejo así, con un montón de buenas sensaciones que me ha dejado un gran capítulo, redondo y perfecto, lleno de luces, sombras y luciérnagas.
a ship is safe in harbor, but that's not why ships are built. un barco está seguro en el puerto, pero no es para lo que se construyen los barcos
Hoy he terminado de corregir por fin y definitivamente "Deus Ex Machina", estoy feliz. Ha sido un viaje largo, pero creo que ya tiene la mejor forma posible y no soy capaz de hacer esta historia mejor, es el momento de dejarla a su aire, de lanzarla a la aventura...
No escribo para enterrar las historias en tierra firme, prefiero que se hundan mientras intentan llegar lejos, tan lejos como puedan, al otro lado del mar que nos separa, colándose por tus puertos hasta ti.
"El contador de suscripciones anuales a la nueva revista Orsai acaba de llegar a mil. En nueve días, y sin noticias sobre los contenidos o la cantidad de páginas, mil lectores ya compraron las seis revistas del año próximo. Y eso que todos saben que habrá una versión en .pdf, gratuita, el mismo día que cada revista llegue a sus casas. Repito: acabamos de vender seis mil revistas. Seiscientas sesenta y cinco por día. Veintiocho por hora.
Al mismo tiempo, una escritora española acaba de informar que dejará de publicar. «Dado que que se han descargado más copias ilegales de mi novela que copias han sido compradas, anuncio que no voy a volver a publicar libros», dijo ayer Lucía Etxebarría. La prensa tradicional se hizo eco de sus palabras y la industria editorial la arropó: «Pobrecita, miren lo que internet le está haciendo a los autores».
A nosotros nos ocurre lo mismo. Durante 2011 editamos cuatro revistas Orsai. Vendimos una media de siete mil ejemplares de cada una, y con ese dinero le pagamos (extremadamente bien) a todos los autores. Los .pdf gratuitos de esas cuatro ediciones alcanzaron las seiscientas mil descargas o visualizaciones en internet.
Vendimos siete mil, se descargaron seiscientas mil.
Si los casos de Lucía Etxebarría y de Orsai son idénticos, y ocurren en el mismo mercado cultural, ¿por qué a nosotros nos causan alegría esos números y a ella le provocan desazón?
La respuesta, quizá, es que se trata del mismo mercado pero no del mismo mundo.
Existe, cada vez más, un mundo flamante en el que el número de descargas virtuales y el número de ventas físicas se suma; sus autores dicen: «qué bueno, cuánta gente me lee». Pero todavía pervive un mundo viejo en el que ambas cifras se restan; sus autores dicen: «qué espanto, cuánta gente no me compra».
El viejo mundo se basa en control, contrato, exclusividad, confidencialidad, traba, representación y dividendo. Todo lo que ocurra por fuera de sus estándares, es cultura ilegal.
El mundo nuevo se basa en confianza, generosidad, libertad de acción, creatividad, pasión y entrega. Todo lo que ocurra por fuera y por dentro de sus parámetros es bueno, en tanto la gente disfrute con la cultura, pagando o sin pagar.
Dicho de otro modo: no es responsabilidad de los lectores que no pagan que Lucía sea pobre, sino del modo en que sus editores reparten las ganancias de los lectores que sí pagan. Mundo viejo, mundo nuevo. Hace un par de semanas viví un caso muy clarito de lo que ocurre cuando estos dos mundos se cruzan. Se lo voy a contar a Lucía, y a ustedes, porque es divertido:
Me llama por teléfono una editora de Alfaguara (Grupo Santillana, Madrid); me dice que están preparando una Antologia de la Crónica Latinoamericana Actual. Y que quieren un cuento mío que aparece en mi último libro, «un cuento que se llama tal y tal, que nos gusta mucho».
Le digo que por supuesto, que agarre el cuento que quiera. Me dice que me enviará un mail para solicitar la autorización formal. Le digo que bueno.
A la semana me llega el mail, con un archivo adjunto:
Estimado Hernán, te explico lo que te adelanté por teléfono: Alfaguara editará próximamente una antología de bla bla bla cuya selección y prólogo está a cargo de Fulanito de Tal. Él ha querido incluir tu cuento Equis. Si estás de acuerdo con el contrato que te adjunto, envíame dos copias en papel con todas las páginas firmadas a la siguiente dirección. (Y pone la dirección de Prisa Ediciones, Alfaguara.)
Abro el archivo adjunto, leo el contrato. Me fascina la lectura de contratos del mundo viejo. No se molestan en lo más mínimo en disfrazar sus corbatas.
Al cuento que me piden lo llaman LA APORTACIÓN. En la cláusula cuatro dice que «el EDITOR podrá efectuar cuantas ediciones estime convenientes hasta un máximo de cien mil (100.000)». En la cláusula cinco, ponen: «Como remuneración por la cesión de derechos de la APORTACIÓN, el EDITOR abonará al AUTOR cien euros (100 €) brutos, sobre la que se girarán los impuestos y se practicarán las retenciones que correspondan».
Pensé en los otros autores que componen la antología, los que seguramente sí firman contratos así. Cien euros menos impuestos y retenciones son sesenta y tres euros, y a eso hay que quitarle el quince por ciento que se lleva el agente o representante (todos tienen uno), o sea que al autor le quedan cincuenta y tres euros limpios. No importa que la editorial venda dos mil libros, o cien mil libros. El autor siempre se llevará cincuenta y tres euros. ¿Firmará Lucía Etxebarría contratos así?
Esa misma tarde le respondí el mail a la editora de Alfaguara:
Hola Laura, el cuento que querés aparece en mi último libro, que se distribuye bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento 3.0 Unported, que es la más generosa. Es decir, podés compartir, copiar, distribuir, ejecutar, hacer obras derivadas e incluso usos comerciales de cualquiera de los cuentos, siempre que digas quién es el autor. Te regalo el texto para que hagas con él lo que quieras, y que sirva este mail como comprobante. Pero no puedo firmar esa porquería legal espantosa. Un beso.
La respuesta llegó unos días después; ya no era ella la que me hablaba, sino otra persona:
Hernán: entendemos esto, pero el departamento legal necesita que firmes el contrato para que no tengamos problemas en el futuro. Saludos!
Y ya no respondí más nada. ¿Para qué seguir la cadena de mails?
La anécdota es esa, no es gran cosa. Pero quiero decir, al narrarla, que no hay que luchar contra el mundo viejo, ni siquiera hay que debatir con él. Hay que dejarlo morir en paz, sin molestarlo. No tenemos que ver al mundo viejo como aquel padre castrador que fue en sus buenos tiempos, sino como un abuelito con alzheimer.
—¿Me das eso? —dice el abuelito.
—Sí, abuelo, tomá.
—No, así no. Firmame este papel donde decís que me das eso y yo a cambio te escupo.
—No hace falta, abuelo, te lo doy. Es gratis.
—¡Necesito que me firmes este papel, no lo puedo aceptar gratis!
—¿Pero por qué, abuelo?
—Porque si no te cago de alguna manera, no soy feliz.
—Bueno, abuelo, otro día hablamos… Te quiero mucho.
Y de verdad lo queremos mucho al abuelo. Hace veinte, treinta años, ese hombre que ahora está gagá, nos enseñó a leer, puso libros hermosos en nuestras manos.
No hay que debatir con él, porque gastaríamos energía en el lugar incorrecto. Hay que usar esa energía para hacer libros y revistas de otra manera; hay que volver a apasionarse con leer y escribir; hay que defender a muerte la cultura para que no esté en manos de abuelos gagá. Pero no hay que perder el tiempo luchando contra el abuelo. Tenemos que hablar únicamente con nuestros lectores.
Lucía: tenés un montón de lectores. Sos una escritora con suerte. El demonio no son tus lectores; ni los que compran tus novelas ni los que se descargan tus historias en la red.
No hay demonios, en realidad. Lo que hay son dos mundos. Dos maneras diferentes de hacer las cosas.
Está en vos, en nosotros, en cada autor, seguir firmando contratos absurdos con viejos dementes, o empezar a escribir una historia nueva y que la pueda leer todo el mundo."
Número Uno: usa un reloj con alarma “egg timer”. He aquí el método: Cuando no quieres escribir, pon la alarma en una hora (o en media hora) y siéntate a escribir hasta que el cronómetro suene. Si todavía odias escribir, eres libre en una hora. Pero, normalmente, para cuando suene la alarma, estarás tan involucrado en tu trabajo, disfrutándolo tanto, que seguirás adelante. En vez de la alarma, puedes poner una lavadora, o secadora y úsalas para cronometrar tu trabajo. Alternar la tarea mental que supone escribir con la física de hacer la colada y lavar los platos, te proporcionará las pausas que necesitas para que te lleguen nuevas ideas y percepciones. Si no sabes qué es lo siguiente que va a ocurrir en la historia... limpia el baño. Cambia las sábanas. Por el amor de Dios, quítale el polvo al ordenador. Una idea mejor llegará.
Número dos: Los lectores son más listos de lo que imaginas. No temas experimentar con las formas de la historia ni con los cambios en el tiempo. Mi teoría personal es que los lectores jóvenes se distancian de la mayoría de los libros no porque esos lectores sean más tontos que los del pasado, sino porque el lector de hoy es más listo. Las películas nos han hecho muy sofisticados para la narración. Y tu audiencia es mucho más complicada de impactar de lo que puedas imaginar.
Número tres: Antes de sentarte a escribir una escena, medítala y conoce el propósito de dicha escena. ¿Cierra situaciones establecidas en escenas anteriores? ¿Abre caminos para escenas posteriores? ¿Activa la trama? Cuando estés trabajando, conduciendo, haciendo ejercicio, mantén sólo esta cuestión en tu mente. Toma notas conforme tengas ideas. Y sólo cuando estés decidido acerca de los huesos de la escena, entonces siéntate y escríbela. No vayas a ese aburrido y polvoriento ordenador sin algo en la mente. Y no hagas que tu lector camine trabajosamente a través de una escena en la que pasa muy poco o nada.
Número cuatro: Sorpréndete a ti mismo. Si puedes llevar la historia (o dejarla que ella te lleve a ti) a un lugar que te asombre, entonces puedes sorprender a tu lector. Cuando llegas a ver cualquier sorpresa bien planeada, las posibilidades son que también la verá tu sofisticado lector.
Número cinco: Cuando te atasques, vuelve y lee los capítulos anteriores, buscando personajes o detalles que puedas resucitar como “armas enterradas”. Al final de estar escribiendo “El club de la lucha”, no tenía ni idea de qué era lo que iba a hacer con el edificio de oficinas. Pero releyendo el primer capítulo, encontré el comentario desperdiciado sobre mezclar nitro con parafina y como eso era un método incierto para fabricar explosivos plásticos. Esa tonta acotación "la parafina nunca me ha funcionado" fue la perfecta “arma enterrada” para resucitarla al final y salvar mi culo de narrador.
Número seis: Utiliza el escribir como una excusa para hacer una fiesta cada semana, incluso aunque llames a esa fiesta un taller. Cada vez que pasas tiempo entre otra gente que valora y apoya la escritura, eso compensará esas horas que gastas a solas, escribiendo. Incluso si algún día vendes tu trabajo, ninguna cantidad de dinero te compensará del tiempo que pasas a solas. Así coge tu “cheque” por adelantado, haz de la escritura una excusa para estar con gente alrededor. Cuando llegues al final de tu vida, confía en mí, no mirarás atrás y saborearás los momentos que pasaste a solas.
Número siete: Permítete mantenerte en el “No Saber”. Este pequeño consejo viene a través de un centenar de gente famosa, a través de Tom Spanbauer hasta mí y ahora, hasta ti. Cuanto más tiempo puedas permitirle a una historia que tome forma, mejor forma tendrá. No apresures o fuerces en final de una historia o un libro. Todo lo que tienes que conocer es la próxima escena, o unas pocas próximas escenas. No tienes que conocer cada momento hasta el final, de hecho, si lo haces, será terriblemente aburrido de ejecutar.
Número ocho: Si necesitas más libertad en la historia, entre borrador y borrador, cambia los nombres de los personajes. Los personajes no son reales y ellos no son tú. Por el hecho de cambiar sus nombres arbitrariamente, consigues la distancia que necesitas para torturarlo de veras. O peor, bórralo, si eso es lo que la historia necesita de verdad.
Número nueve: Hay tres tipos de discurso. No sé si esto es VERDAD, pero lo oí en un seminario y tenía sentido. Estos tipos son: Descriptivo, Imperativo y Expresivo. Descriptivo: “El sol se levantó alto...” Imperativo: “Camina, no corras...” Expresivo: “¡Ay!” La mayoría de los escritores de ficción utilizarán sólo uno o dos, como mucho. Así que, usa los tres. Mézclalos. Es como la gente habla.
Número diez: Escribe el libro que quieres leer.
Número once: Hazte ahora fotos de autor, con chaqueta, mientras eres joven. Y hazte con los negativos y el copyright de esas fotos.
Número doce: Escribe sobre los temas que realmente te preocupan. Esas son las únicas cosas sobre las que merece la pena escribir. En su curso, llamado “Escritura peligrosa”, Tom Spanbauer enfatiza que la vida es demasiado preciosa como para desperdiciarla escribiendo historias insulsas y convencionales las cuales no tienen ningún lazo personal contigo. Hay tantas cosas de las que Tom habló, pero sólo puedo medio recordar: el arte de “manumision” que no puedo deletrear, pero que entendí que significaba el cuidado que utilizas al mover a un lector a través de una historia. Y “sous conversation”, el cual me hice la idea de que significaba el mensaje escondido, enterrado entre la historia obvia. Como no me siento cómodo describiendo temas, sólo medio entiendo. Tom estuvo de acuerdo en escribir un libro sobre este trabajo y las ideas que él enseña. El título de trabajo es “A Hole In The Heart (Un agujero en el corazón”) y tiene planeado tener listo un borrador en Junio de 2006, con fecha de publicación a primeros de 2007.