A travĆ©s de la ventana la luz de la luna iluminaba el tatuaje de un fĆ©nix que cubrĆa el lado izquierdo de su torso. Lo dibujĆ© con mi dedo desde su axila, sobre las costillas, hasta su hueso de la cadera. Solo habĆa visto tatuajes como ese en las pelĆculas, nunca en persona, nunca tan cerca y nunca en mi propia cama.
Cuando era el crĆtico de cine de la A.V. Club, Nathan Rabin acuĆ±Ć³ el tĆ©rmino Manic Pixie Dream Girl para describir el interĆ©s amoroso en "Elizabethtown" de Cameron Crowe, aunque el tipo de personaje ya habĆa estado en muchas pelĆculas antes y tambiĆ©n despuĆ©s (Natalie Portman en "Garden State" es quizĆ”s el ejemplo por excelencia).
Las Manic Pixie Dream Girls son ahora un clichĆ© de pelĆcula independiente, mĆ”s una colecciĆ³n de caprichos que una persona, existen para ser el amor perfecto del protagonista masculino. Estas chicas extraƱas (pero hermosas) aprecian a los niƱos tĆmidos, tristes y creativos y les enseƱan a disfrutar de la vida nuevamente a travĆ©s del sexo, el amor y diversas actividades realizadas bajo la lluvia.
Aunque a menudo alegre, la Manic Pixie Dream Girl tambiĆ©n es problemĆ”tica. Se extiende a ambos lados de la lĆnea estrecha entre extravagante y loca, misteriosa y extraƱa, sexy y cachonda; ella es perfectamente imperfecta. Y esa imperfecciĆ³n es la clave, porque debe estar lo suficientemente mal como para necesitar ser salvada, por lo que el tipo impotente puede hacer algo heroico en el tercer acto.
ConocĆ a mi Manic Pixie Dream Girl en una clase de guion de sketches de comedia. El primer dĆa luciĆ³ un vestido rojo brillante y botas de vaquero como si le hubiesen preparado desde el departamento de vestuario.
TenĆa la piel aceitunada y los ojos oscuros de su herencia medio mexicana. Se la podrĆa calificar de "exĆ³tica", aunque ella te golpearĆa en el brazo si usases ese tĆ©rmino. TenĆa un novio, por lo que no podĆamos salir, pero conversamos en lĆnea, aprendiendo sobre las vidas de los demĆ”s mientras intercambiĆ”bamos videos de YouTube de nuestros sketches favoritos de "Saturday Night Live".
Una calurosa tarde de verano, nos encontramos en un bar con la intenciĆ³n de escribir juntos, pero nuestros planes cambiaron, como lo hacen a menudo con las Manic Pixie Dream Girls. Nunca abrimos nuestros cuadernos y en lugar de eso fuimos de improvisado tour.
Cada nuevo bar nos encontrĆ³ un poco mĆ”s borrachos y sentados un poco mĆ”s juntos. Nuestras rodillas se tocaban debajo de las mesas y nuestros hombros se rozaban mientras caminĆ”bamos. Nos sentamos tan cerca que pude oler su sudor, aunque los quĆmicos del enamoramiento lo convirtieron en un dulce perfume.
La noche terminĆ³ con mi intento borracho de besarla y ella lo esquivĆ³.
"No puedo engaƱar a mi novio", dijo. "Incluso si las cosas no van bien".
No iban bien y yo tenĆa esperanza, mĆ”s que esperanza, resultĆ³. En un mes ella rompiĆ³ con Ć©l y, no mucho despuĆ©s, ella y su tatuaje terminaron en mi cama.
No soy un nerd de ninguna manera, pero nunca he sido genial a la manera del rebelde clƔsico; por ejemplo, secretamente disfruto calculando mis impuestos.
Esta chica, sin embargo, era genial. Ella podĆa conseguir una copa fĆ”cilmente en un bar superabarrotado. En las fiestas, encantaba a los hombres con bromas, bailes y fuertes carcajadas. Pude ver la envidia en sus ojos cuando se fue conmigo.
Me hizo sentir genial, poderoso, como un V.I.P.
Impulsiva, errĆ”tica y elĆ©ctrica, ella era lo opuesto a mĆ y la yuxtaposiciĆ³n me emocionĆ³. Me enamorĆ© profundamente. Y ella me correspondĆa.
Mi Manic Pixie Dream Girl apostaba siempre a 'todo o nada' en todo lo que hacĆa, asĆ que las cosas se movieron rĆ”pidamente. En un aƱo nos mudamos a Los Ćngeles, donde vivĆamos juntos. Nunca antes habĆa vivido con una mujer y amaba la intimidad que traĆa, pero la rutina le inquietaba. ComenzĆ³ a flipar periĆ³dicamente sobre nuestro futuro juntos.
Por cualquier causa (la compra de las sillas del comedor provocĆ³ la primera), estos episodios enloquecidos seguĆan el mismo guiĆ³n: ella lloraba y gritaba y paseaba por el apartamento mientras nos declaraba incompatibles; yo me mantenĆa calmado y le explicaba cĆ³mo nuestras diferencias nos hacĆan trabajar bien juntos al fortalecer uno las debilidades del otro.
Siempre justifiquĆ© por quĆ© no debĆa enfadarse, por quĆ© debĆamos estar juntos, en esencia, le decĆa por quĆ© sus sentimientos estaban "equivocados". (Ojo: los sentimientos de la gente nunca estĆ”n equivocados).
No me importaron tanto esos episodios porque los considerĆ© el sĆntoma de que mi Manic Pixie Dream Girl era perfectamente imperfecta.
Cuando casi llevĆ”bamos tres aƱos, ella luchaba contra una depresiĆ³n que creĆ³ una brecha entre nosotros. HabĆamos sido una pareja de las que hacen todo juntos, pero ella comenzĆ³ a salir sin mĆ.
En varias ocasiones me levantĆ© a las 3 o 4 de la maƱana para descubrir que aĆŗn no estaba en casa y no habĆa llamado.
Entonces, me acostaba, vacilaba entre la preocupaciĆ³n y la ira, llamĆ”ndola cada media hora. Si respondĆa, generalmente rechazaba mi oferta de recogerla y decĆa algo asĆ como: "No, aĆŗn me estoy divirtiendo aquĆ".
Y yo a veces no sabĆa dĆ³nde estaba ese "aquĆ", si "aquĆ" pertenecĆa a un chico o una chica.
Por la maƱana, cuestionaba su paradero mƔs como un padre que desaprueba su conducta que como un amante enfadado, interpretando mi papel de ser el tranquilo, racional y previsible.
Ella solo asentĆa, decĆa algo superficialmente arrepentida y se iba a dormir. Por la noche, ella era la manĆaca hada de ensueƱo de otras personas; durante el dĆa, yo tenĆa la Resacosa Depresiva hada de pesadilla. SabĆa que nuestra relaciĆ³n hacĆa aguas, pero aĆŗn asĆ la amaba y creĆa que era nuestro tercer acto difĆcil antes del "felices para siempre".
Un fin de semana fui a acampar con unos amigos, tratando de darle espacio. Antes de irme, le escribĆ una carta (cinco pĆ”ginas, a un solo espacio) sobre nuestra relaciĆ³n.
Le dije cuĆ”nto la amaba, cĆ³mo no dejarĆa de luchar por "nosotros" y concluĆ diciendo: "SĆ© que mi amor no puede arreglar tu depresiĆ³n, pero igual quiero que sepas que mi amor estĆ” aquĆ y siempre estarĆ” aquĆ".
Puse la carta en su escritorio con algunas flores y me fui. PasĆ© el viaje de 12 horas hasta Lake Powell esperando a que ella me llamara, pero el telĆ©fono simplemente se sentĆ³ en el portavasos, en silencio, durante horas y horas. A Ćŗltima hora de la tarde, por fin sonĆ³, no una llamada, sino un mensaje de texto. Ella me agradeciĆ³ las flores y ni siquiera mencionĆ³ la carta.
Entonces supe que nuestra relaciĆ³n habĆa terminado.
Mientras que la Manic Pixie Dreamgirl siempre rescata al hombre de la crisis de la vida en el primer acto de la pelĆcula, los papeles se invierten al final, con Ć©l finalmente salvĆ”ndola con su amor. MĆ”s allĆ” de la frialdad y la emociĆ³n que otorgan, este es el verdadero regalo de Manic Pixie Dream Girl, porque arreglar algo, especialmente cuando es una persona, es lo que hace que un hombre se sienta mĆ”s valioso.
Cuando le dije en mi carta que sabĆa que mi amor no podĆa arreglar su depresiĆ³n, estaba mintiendo. PensĆ© que mi amor podrĆa arreglarlo todo, incluso su depresiĆ³n. Esa carta fue mi Gran Gesto, el que salvarĆa la relaciĆ³n y a ella. Fue mi momento Lloyd Dobler, sosteniendo un boombox sobre mi cabeza, volando "In Your Eyes".
En las pelĆculas, el gesto romĆ”ntico funciona, pero me fallĆ³ en la vida real. Esto era como Diane Court acercĆ”ndose a la ventana solo para cerrarla y poder volver a dormir. Le di mi corazĆ³n y ella me agradeciĆ³ las flores de $12.99.
Lo que hace que las pelĆculas sean mĆ”gicas no es que sucedan cosas increĆbles en ellas. Cosas increĆbles suceden en la vida real. No, lo que hace que las pelĆculas sean mĆ”gicas es que terminan justo despuĆ©s de que suceda lo increĆble. Se detienen despuĆ©s de que termine la guerra, despuĆ©s de que el equipo gane el juego, despuĆ©s de que el chico se lleve a la chica. Pero en la vida real, la historia continĆŗa y el chico mĆ”s tarde puede perder a la chica.
"Felices para siempre" es demasiado aburrido para una Manic Pixie Dreamgirl.
No mucho despuĆ©s de regresar de mi viaje, ella me dejĆ³. No habrĆa podido hacer esfuerzo alguno para salvar la relaciĆ³n, ella estaba completamente agotada. ParecĆa que mi amor no podĆa "arreglarla" despuĆ©s de todo y, lo que era peor, ella no querĆa que la reparasen. Necesitar ser reparado es la regla nĆŗmero 1 de ser una Manic Pixie Dreamgirl: ¿cĆ³mo podĆa ella no saberlo?
FĆ”cil, ella podĆa no saberlo porque no era una Manic Pixie Dreamgirl. Ella no era un personaje ni un argumento en mi historia, ni una criatura daƱada con una profunda desesperaciĆ³n que solo yo podĆa curar como parte del "viaje de ser un hĆ©roe".
Ella simplemente era alguien que ya no estaba enamorada de su novio. Y esto sucede. Realmente no es material para guiones de cine, pero sucede.
AsĆ que nuestra historia terminĆ³ y no con los crĆ©ditos rodando para congelar nuestra relaciĆ³n en la dicha eterna, sino con el llanto y la divisiĆ³n de nuestras posesiones (yo me quedĆ© las sillas del comedor; ella, las mĆ”quinas de escribir anticuadas).
Me tomĆ³ un tiempo, pero encontrĆ© a alguien nuevo y, esta vez, intento que la nuestra sea una historia de amor original en lugar de una que robĆ© del cine.
PERRY MATTESON