Pescando por el stumble me he encontrado estas fotos del Martin Pescador, son increíbles, cómo me gusta este pajaro. Sus nidos son cuevas escarvadas en las orillas, profundas y empinadas para evitar que se inunden por completo cuando sube la marea. Un angosto tunel lleva a una bóveda amplia, forrada y protegida por las espinas de los peces cobrados. Qué imagen, mmm...
Creo que estoy en ese justo instante en el que miro lo que tengo y sonrío, todos a los que quiero, todo cuanto necesito, todo lo que repesco cada dia y aunque voy preparando las redes para la oposicion, seguire haciendo lo que hago y si hay suerte, cobrando más.
Así que esta madrugada, que sólo he podido dormir cuatro horas porque me devora el insomnio, me siento con espíritu de Martin pescador, con alma de Colibrí, sé que puedo volar y pararme en el tiempo y libar de flor en flor y volver a mi cueva, guardar espinas y acurrucarme para sentir cada mañana, como dice el Robe, que va a subir la marea...
Y ahora os dejo un lindo cuento y una canción aun más linda.
Pista para la felicidad:
Un barco atraca en un
pequeño pueblo pesquero. Un turista elogia al pescador por la
calidad del pescado y le pregunta cuánto tiempo le llevó
pescar.
—No
mucho—respondió
el pescador.
—Pero
entonces, ¿por qué no se quedó más tiempo para sacar más?
El
pescador explicó que su pequeña captura era suficiente para
satisfacer sus necesidades y las de su familia.
—Pero
¿qué hace con el resto de su tiempo?
—preguntó
el turista.
—Duermo
hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, y echo una siesta
con mi esposa. Por las noches, voy al pueblo a ver a mis amigos, a
tomar unas copas, tocar la guitarra y cantar algunas canciones ...
Tengo una vida plena.
El turista le interrumpió:
—¡Yo
tengo un master en administración de empresas, puedo
ayudarle! Debe comenzar a pesca ya todos los días. A continuación,
puede vender el pescado extra que coja y con los ingresos
adicionales, puede comprar un barco más grande.
—¿Y
después de eso?
—Con
el dinero extra que sacará pescando con un barco más grande, usted
puede comprar un segundo y un tercero y así sucesivamente hasta que
tenga toda una flota de pesqueros. En vez de vender el pescado a un
intermediario, puede negociar directamente con las plantas de
procesamiento y tal vez incluso abrir su propia planta, puede dejar
este pequeño pueblo y trasladarse a la ciudad para dirigir su enorme
y nueva empresa.
—¿Cuánto
tiempo me llevaría?
—Unos
veinte o veinticinco años —respondió
el turista.
—¿Y
después de eso?
—Después
es cuando se pone realmente interesante —respondió
el turista—.
Cuando su negocio se haga muy grande, puede empezar a vender acciones
¡y hacer millones!
—¿Millones?
¿En serio? ¿Y después? —preguntó
el pescador, aún excéptico.
—Después
usted será capaz de retirarse, vivir en un pequeño pueblo cerca de
la costa, dormir hasta tarde, jugar con sus hijos, atrapar algunos
peces por placer, echar la siesta con su mujer y pasar las noches
bebiendo y disfrutando de sus amigos.
;)
Y no puedo evitar acordarme del Santiago de Hemingway y de los turistas descojonados cuando la raspa llega a la playa tras la lucha ¿era asi? ¿la memoria lo reinventa? da igual... estoy pensando en
"Merlin el encantador" y la musiquilla "si y no, contra y pro, es lo que al mundo da sabor" jejeje... "nothing ventured, nothing gained", pues eso, ser pajaro, pez, ardilla o loca, magnifica tragica Madame Mim, cada dia un peldaño mas del azar en la rayuela y saltar con un sólo pie, que el equilibrio me es tedioso, para jugar a desencontrarnos por la ciudad o en las habitaciones de esta casa, perdida entre sueños y mareas.
(Hoy me propongo fundar un partido de sueños, talleres donde reparar alas de colibres. Se admiten tarados, enfermos, gordos sin amor, tullidos, enanos, vampiros y días sin sol... Silvio Rodríguez)
fin del flashback ;)
Me esperan semanas muy difíciles y por eso tiro de posts hechos, jejeje.
No sé cuándo nos veremos, hasta entonces: ¡un superabrazooo!