Era
un instante perfecto: brisa marina, cánticos de gaviotas, un hilo
musical chill
out
le traía ráfagas de jazz hasta sus oídos y el dulzor del helado de
ron adormilaba su boca.
Cada vez que
encontraba una pasa, la mordía a conciencia, saboreando el jugo y
pensó que su futuro empezaba allí y que su vida sería así
siempre, disfrutaría del transcurrir del tiempo y atesoraría cada
pasa que le ofreciese la vida, sin preocupaciones, comiendo lo que
quisiese donde le apeteciese y durmiendo donde le llevasen sus pies.
En cuanto cobrase el
boleto millonario, Carmen Ripoll sería libre.
***
Carmen
se desvistió junto a la entrada de la piscina, se recogió la melena
en un moño improvisado y se metió desnuda en el agua templada,
dispuesta a nadar hasta el límite, donde la ilusión del encuentro
con el horizonte del mar terminaba con una pared vertical.
Sus
pies no tocaban fondo, pero había un pequeño resalte a un metro de
la superficie, pensado para sentarse, puso allí las rodillas y sus
manos se aferraron al borde de la piscina mientras sus ojos buscaban
una estrella fugaz en el gran azul del cielo.
***
—Me
tengo que ir de Oz ya —rezongo Carmen, melosa—, he conseguido un
cerebro nuevo, un corazón y valor para arreglar las cosas... El
viernes tengo que volver a casa.
—El
corazón que te llevas es el mío. —La voz de él perdió todo
atisbo de humor y alegría—. Me lo acabas de arrancar de cuajo.
Carmen
le mordisqueó el pecho con una sonrisa misteriosa.
—Nos
lo cambiamos, ¿vale? Te dejo el mío de fianza —susurró y le besó
sin dejar de sonreír.
—Me
gusta la idea de que vivamos uno con el corazón del otro mientras
estemos separados...
***
Hace dos semanas que se publicó Dos en la alborada y me ha parecido una bonita forma de celebrarlo. Han sido solo dos semanas, pero mi corazón es otro ;) En estas dos semanas han pasado muchas cosas y la mayoría buenas, muy buenas e increíbles, tanto que las tristes han perdido el pulso. Sigamos soñando, disfrutando del ahora y cazando estrellas :D
Que paséis un lindo martes y trece ;)
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Dos semanas juntos. No hizo falta más, solo dos semanas para que me enamorase de ti. |