La máscara mágica de David Bowie, rey de los Goblins

 

(traducido de un post de Paul Mrgs)

“Un amigo me contó una historia que no le había contado a nadie durante muchos años. Cuando solía contarlo, la gente se reía y decía: "¿Quién puede creérselo? ¿Cómo puede ser verdad? Eso es una tontería''. Así que no volvió a contarlo en mucho tiempo. 

Pero por alguna razón, anoche, mi amigo sabía que sería el tipo de historia que me encantaría y me lo contó. 

—Cuando era niño —me dijo—, no usaban la palabra autismo, solo decían 'tímido', o 'no es muy bueno cuando está con extraños o mucha gente'. 

Pero eso es lo que mi amigo era y es, y no le importa contárselo a nadie. Es solo cuestión de que él a veces habla o actúa diferente, pero está bien. De todos modos, cuando él era niño, a mediados de la década de los ochenta, todavía se decía "tímido" o "retraído" en lugar de "autista". 

Fue a Londres con su madre para ver una proyección especial de una nueva película que realmente él amaba. Debió haber ganado un premio o algo, creo, algunos de los detalles no los recuerda bien, pero cree que fue a Londres por eso ¡y la película...!


Bueno, la película también es una de mis favoritas de todos los tiempos. Es una película de fantasía oscura y misteriosa. Cada escena está repleta de marionetas y duendes. Hay canciones sencillas y un rey goblin que usa medias plateadas ceñidas y que secuestra a un bebé y esto es lo que inicia toda la aventura...

Era 'Labyrinth', por supuesto, y la estrella era David Bowie, y estaba allí para conocer a los niños que habían ido a ver esta proyección especial. 

—Conocí a David Bowie una vez —fue lo que dijo mi amigo, que me llamó la atención. 

—¿Lo hiciste? ¿Cuándo fue? 

Me asombró, y también me sorprendió, la forma casual en la que trajo esta revelación. Casi cualquier otra persona que conozca ya habría contado la historia un millón de veces. Pareció sorprendido de que quisiera saberlo, y me lo contó todo, un poco desordenado, y le saqué los detalles. 

Contó la historia como si hubiera estado en una aventura y no se le permitiese contarlo. Como si hubiera un pacto o un hechizo mágico rodeándolo todo, como si algo profundo y peculiar fuera a ocurrir si rompía la confianza. 

Fue hace treinta años y todos los niños que amamos Labyrinth (Dentro del laberinto) entonces, y que todavía lo amamos ahora, somos todos de mediana edad. Lo más triste de todo es que el Rey Goblin está muerto. ¿Sigue existiendo la magia? Le pregunté qué pasó en su aventura y contestó:

—Estaba retraído, más retraído que los otros niños. Todos teníamos ya el cartel de la película firmado. Como yo era tan tímido, me pusieron en una habitación separada y así pude encontrarme con él a solas. Bowie había escuchado que yo era tímido y fue idea suya. Pasó treinta minutos conmigo. Bowie me dio esta máscara. Esta. Mira —me dijo—: Esta es una máscara invisible, ¿ves? Bowie se quitó una máscara invisible de la cara y miró a su alrededor como si de repente estuviera asustado e incómodo. Me pasó su máscara invisible. "Póntela", me dijo David Bowie. "Es mágica". Y así lo hice y luego me dijo "Siempre tengo miedo, igual que tú. Pero uso esta máscara todos los días. Y no quita el miedo, pero te hace sentir un poco mejor. Entonces me siento lo suficientemente valiente como para enfrentarme al mundo entero y a toda la gente. Y ahora tú también podrás".

>>Cuando me la dio, me senté allí con su máscara mágica, mirando a través de los ojos de la máscara a David Bowie y era verdad, me sentía mejor. Entonces vi cómo él hacía otra máscara mágica. Lo hizo de la nada, de la nada. La terminó y sonrió y luego se la puso. Y se veía tan aliviado y complacido. Él me sonrió y dijo "Ahora ambos tenemos máscaras invisibles. Ambos podemos ver a través de ellas perfectamente y nadie sabrá que las estamos usando". Entonces, me sentí increíblemente cómodo. Fue la primera vez que me sentí seguro en toda mi vida. Fue magico. Él era un mago. Él era un rey goblin, sonriéndome.

>>Aún conservo la máscara, por supuesto. Eso es todo, ahora. Mira. 


Seguí haciéndole preguntas a mi amigo, asombrada por su historia. Me encantó y quería todos los detalles. ¿Cuántos otros niños fueron? ¿También tenían títeres de la película? ¿Qué llevaba David Bowie? Lo imaginé con su traje lila de Live Aid. O tal vez estaba vestido como el Rey Goblin con volantes de encaje, telarañas y purpurina. 

—¿Qué fue lo último que te dijo, cuando tuviste que despedirte? 

Mi amigo contestó:

—David Bowie me dijo: "Yo también tengo miedo siempre, pero así es como puedes sentirte valiente en el mundo". Y luego se acabó. Nunca lo he olvidado. Y años más tarde lloré cuando supe que había fallecido.

Mi amigo se sorprendió de que yo estuviera enamorado de esta historia. La reacción normal es "es solo una historia estúpida". Pero a mí me apetece creer en una máscara invisible. Lo hago. Realmente creo en ella. Y es la mejor historia que he escuchado en todo el año.

Paul Magrs